Dejemos oscuras noches , y largas lunas menguantes , que marchitaron los verdes limoneros de mi huerto. Pienso en el tren que me lleva a tu pecho, que me lleva a olvidar las paradas de la ausencia y la distancia .
No me deboran , los llantos como cuchillos amargos , ni las paginas deboran las letras de los versos olvidados ,deboro los balcones floreados de las primaveras de tus ojos , y me alumbras con una luz invisible , la llanura interminable de mi pecho.
Mi boca pronuncia tu nombre , como un rio que arrastra todos los odios,.
sábado, 1 de marzo de 2008
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